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Queridos Tributos, en este blog se subirá información sobre Los Juegos Del Hambre, En Llamas y Sinsajo (The Hunger Games, Catching Fire and Mockingjay); también se subirá semanalmente dos capítulos de nuestra historia de Los Juegos Del Hambre, uno el lunes y otro el viernes, si en una semana no subimos ninguno, la semana siguiente subiremos cuatro capítulos, no tengáis miedo de comentar que nos hace mucha ilusión que comentéis, muchas gracias y que os guste el blog ;))

viernes, 28 de diciembre de 2012

Capítulo 14 (Diana)

Me despierto sonriendo. Ha sido la mejor noche de mi vida. Me doy la vuelta en la cama para mirar a Ruber. Ya está despierto, con un brazo colocado debajo de la cabeza. 
- Buenos días.- Susurro. 
- Buenos días, amor. 
- ¿En qué piensas? 
- En lo que ha pasado.- Me pongo tensa. 
- ¿Es que ha sido malo? 
- ¿Qué? ¡No! Ha sido maravilloso, pero…- La temida palabra. Suspiro. No todo podía ser tan perfecto.- Me preocupa… 
- ¿Te preocupa? No seas tonto en una vez no creo que… 
- No, eso no. Bueno, en parte, pero no me refiero a eso. Es…¿por qué te has hecho eso?- Ya me lo temía.- Es peligroso… 
- Lo sé.- Suspiro.- De todas formas, ¿qué te pasa a ti en la espalda? 
- ¿Eh? 
- La venda.- Le indico. 
- Ah, eso…un… pequeño corte que me hice ayer en la prueba.- Está mintiendo. Se sienta. 
- Eso es…- Tocan a la puerta. Los dos nos giramos bruscamente. Ruber se tira al suelo y yo meto su ropa bajo la cama. De repente se abre la puerta y entra Diamond. 
- ¿¡Pero esto qué es?! ¿¡Es que SIEMPRE vais a llegar tarde a todo?! ¡Venga prepárate rápido!- Chilla. Se queda quieta.- ¿Has visto a Ruber?- Niego con la cabeza.- ¡Pues si lo ves dile que como no baje ya lo mato! ¡Llevo buscándole horas!- Se va taconeando por la puerta. Oigo a Ruber reírse, yo dejo escapar un suspiro de alivio y también me río. 
- Está histérica por las entrevistas.- Aparece detrás de la cama con su ropa en la mano. 
- Yo creo que siempre está histérica. – Corroboro.- Será mejor que te vayas. Le digo mientras lo empujo por la puerta.- Lugo nos vemos.- Y me pongo de puntillas para darle un efímero beso en los labios. 

Bajo a desayunar y me acabo el desayuno a prisa y corriendo. Tengo que reunirme con Jet para trabajar mi personalidad. En conclusión, tengo que ser inocente, pero guerrera, dejar claro que voy a por todas. Me dice que mientras yo me esté preparando dedicará su sesión a Ruber, no quiere que nos encontremos hasta las entrevistas y me deja caer que ya ha comunicado a Sam su decisión de que se una a nuestro grupo en la Arena. Gruño y me voy de la sala. 
Entro en mi cuarto y aparece mi equipo de preparación, que me llevan a vestirme y arreglarme para las entrevistas de esta noche con Asthor Flickerman. 
Después de un montón de baños, cremas, arreglos de pelo y maquillaje aparece Taylor con su sonrisa encantadora. 
- ¿Preparada para brillar? 
- Estoy en tus manos.- Contesto. 
- Cierra los ojos y no los abras hasta que yo te lo indique. 

Le hago caso. Noto la suavidad de la seda de un vestido deslizarse por mi cuerpo. El sonido de una cremallera. Pesa un poco. Unas manos en mis pies ayudándome a calzar unos zapatos altísimos. Unas manos sobre mi cabello. Me agarra por los hombres y me conduce a algún sitio. 
- Abre los ojos.- Lo hago. 
- Vaya.- Es apenas lo único que puedo decir. 
Es un vestido morado corto, muy corto, un poco más por debajo del culo, pero no tengo de qué preocuparme, esa parte es de seda, pero por encima de ella caen unas telas, en una especie de velo, también morado, abiertas por delante, de forma que solo cubren los lateras y la parte trasera de mi cuerpo. En el escote, palabra de honor, hay unos brillantes. Mis zapatos son negros, con unos pinchos dorados en la parte de atrás y la suela y el tacón son también dorados. Y en mi pelo, una tiara con rubíes. 
Taylor se inclina sobre mi hombro y me susurra al oído: 
- Ahora sal ahí a conquistarles. Sé tu misma. 
- ¿Borde? 
- Tú no eres así. Sé encantadora, esa niña vulnerable, pero con tu propio toque sexy.- Se me hace un nudo en la garganta. No sé que decir.- Sé tu misma. 

Mientras esperamos a las entrevistas me reúno con Ruber que va vestido con unos pantalones negros ajustados, con una americana a juego también ajustada (de la que sólo tiene abrochado el botón del medio y le da un aspecto muy sexy) con rubíes en los puños, una camisa blanca y su tupé, esta vez peinado. Me sonríe. Pero apenas hay tiempo para hablar soy la primera en salir. Doy una vuelta sobre mí misma para que vea el vuelo del vestido y a mitad del giro veo a Sam. Mirándome. Va vestido con unos pantalones azul marino a juego con su americana y una camisa blanca. Cuando acabo el giro sonrío a Ruber y oigo mi nombre: Diana Miller. 
Subo al escenario con una gran sonrisa, me acerco a Asthor que me indica que tome asiento. 
- Vaya Diana, ¡estás preciosa! 
- ¡Muchas gracias! 
- Y dime, ¿cómo ha sido tu vida hasta llegar aquí?- Me quedo en silencio. Golpe bajo. Me giro a mirar al público y veo los ojos de Taylor en la grada. Asiente. 
- Bueno, ha sido un camino… digamos, duro. He sufrido muchas cosas de las que no quiero a hablar pero siempre he tenido a esa persona especial a mi lado, apoyándome. 
- Y esa persona especial… me puedo imaginar que es ¿Ruber? 
- Sí, Ruber, exacto. 
- Un pajarito me ha dicho que estabas ansiosa por participar, ¿es eso cierto? 
- ¡Totalmente! Siempre he querido venir a demostrar lo mejor de mí. Sea cuál sea el precio y el resultado. 
- ¡Se nota! Sobre todo si tenemos en cuenta tu resultado en la prueba de los Vigilantes. ¡Un 11! Esa es una puntuación muy alta. 
- ¡Sí!- Me río. Aunque podría estar mejor. Pero la verdad es que no me quejo. Un 11 está verdaderamente bien. 
- ¿Puedo preguntarte, por qué eres tan sexy?- Todos se ríen. 
- ¿Sexy? Bueno yo más bien diría guapita, pero sexy… No sé bueno, casi es mejor que se lo preguntes a otro.- Se vuelven a reír. Les gusto. 
- ¡Fíjate en cómo gustas a la gente! Y no sólo eso, he de confesarte que incluso a mí me gustas, y ¡eso es difícil!- Se ríe.- Incluso me estoy enamorando un poco de ti… ¡Es broma, es broma! Pero llegó la hora de hablar de los amores. ¿Es verdad tu relación con Sam, el chico del distrito 7?- Tenso todo mi cuerpo. 
- Absolutamente no, yo no siento nada por ese chico y tampoco sé lo que siente él por mí, es más me da igual.
- O sea que ese chico no te gusta nada, todo lo contrario. 
- Exacto, es más, tiene un ego tan grande que no le va a caber ni en la Arena. 
- ¡Vaya! Sí que no te gusta. Bueno se nos ha agotado el tiempo. ¡Muchas gracias! 

Me voy del escenario, es el turno de Ruber, pero no me puedo concentrar en su conversación por estar dándole vueltas a lo de Sam. Cada vez lo odio más. De repente oigo que le pregunta a Ruber sobre sus amores: 

- Todas las chicas piensan que eres un bombón.- Todos ríen y oye hasta algún silbido.- Pero dime, ¿tú tienes algún amor? 
- Sí, la verdad es que sí. Y es muy especial para mí. 
- ¿Nos podrías decir quién es la afortunada?- Ruber niega con la cabeza.- Al menos dinos, ¿ella lo sabe? 
- Sí. Estoy completamente seguro de que lo sabe y sabe que la quiero. 

Dejo de escuchar. Me estoy empezando a encontrar aturdida. Turno de Sam. Su primera pregunta: su amor por mí y cómo se dio cuenta de que estaba enamorado. Su respuesta: ‘El día del desfile de tributos, ella iba tan sexy y deslumbrante que casi me da un ataque al corazón, iba un poco provocativa y eso me encantó, me encanta todo de ella.’ 
No te encantará tanto en cuanto te de la paliza de tu vida, pienso. Me levanto y salgo corriendo a buscarlo. Va a morir. Incluso antes de llegar a la Arena. 

Lo agarro por la espalda y le empujo contra la pared, colocando mi antebrazo en su cuello, tratando de ahogarle. Su rostro no muestra expresión alguna. Sus ojos color miel tienen hasta un destello de luz. Igual está feliz y todo el cabrón de él. 

- ¡¿Pero a ti que coño te pasa, gilipollas?!- Le grito. 
- A mi nada, preciosa. – Me contesta. Eso me molesta aún más. A mí ningún memo me llama gilipollas. 
- ¡Cállate imbécil!- Le pego un tortazo. Y continúo gritándole.- Eres un hijo de puta que solo quiere joderme la vida, insolente, en la Arena a la mínima de cambio romperé la alianza y te atravesaré.- Le amenazo. Él intenta zafarse, pero eso sólo le sirve para que le prima todavía más el cuello. Ojalá se ahogue de una maldita vez y me quito el trabajo de la Arena hoy mismo.- ¿¡A dónde te crees que vas?! De aquí tú no te mueves hasta que me expliques por qué eres tan gilipoll…- Y me estampa un beso en toda la boca. 

No me lo esperaba. Es me produce un ligero temblor. Me desconcierta que se haya atrevido a hacer eso. Lo odio. Odio que haga eso y odio que sea él el que me haya besado después de esa noche con Ruber. Siento que me empiezo a poner roja. Me giro y veo a Ruber estupefacto. Me quedo en el sitio. ¿Y ahora qué? Va a pensar que soy una… no quiero ni pensarlo. A saber desde qué parte estuvo viéndolo todo y qué pensará. 
En ese momento pasa caminando rápido a mi lado y me aparta ligeramente. 
- Será hijo de puta…- Oigo que susurra cuando pasa a mi lado. 
Va a por Sam. 

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